Un nuevo año siempre viene acompañado de muchas metas y propósitos que queremos cumplir, y enero parece ser el mes ideal para empezar. Pero, ¿te has puesto a pensar por qué la mayoría de las veces, se acaba el año y te das cuenta de que no cumpliste lo que querías?, ¿por qué es tan fácil caer en los malos hábitos y tan complicado seguir los buenos? Dejamos de hacer ejercicio, comemos mal, dormimos poco, gastamos mucho, entre otras cosas que solo nos perjudican a lo largo del tiempo.
En este blog queremos compartirte una pequeña guía basada en el libro “Hábitos atómicos” de James Clear, que te ayudará a transformar pequeños hábitos cotidianos para cambiar tu vida y mejorarla.
Mejora el 1% cada día
Un pequeño cambio en tus hábitos puede llevarte hacia distintas direcciones, si decides ser 1% mejor, ese 1% va a marcar la persona que eres y la que podrías ser. Todos los grandes logros comienzan por pequeñas decisiones que tomas en tu día, y a medida que se repiten se convierten en un nuevo hábito y terminan acumulándose hasta llegar a un punto de reacción, ya sea positiva o negativa. Recuerda esta frase “El último golpe no fue lo que partió la piedra, fue la suma de todos los otros golpes anteriores”
Crea sistemas en lugar de metas
Las metas son solo los resultados que quieres obtener, mientras que los sistemas son los procesos que sigues para llegar a estos resultados. La diferencia entre las personas que logran cumplir sus metas y las que no, no es la meta en sí, sino el proceso que siguen para lograrlas. Las metas son buenas para darte una dirección, pero los sistemas te dan un progreso el cual seguir. Esto es en lo que te debes enfocar, creando una rutina pequeña y fácil de hacer, que por medio de la repetición se vuelva una fuente de gran poder.
Convierte tus hábitos en parte de tu identidad
Es distinto decir “soy una persona que quiere esto…” a “soy una persona que es esto…”. La diferencia radica en que la segunda afirmación ya cree que es la persona capaz de lograr aquello que se propuso. Los cambios no son duraderos cuando tu comportamiento y tu identidad no son compatibles. Por ejemplo, si tu meta es tener más dinero, pero te identificas como alguien que gasta en lugar de generar, entonces siempre te verás atraído a los gastos en lugar de a las ganancias. La meta no es comer sano, sino ser una persona saludable. La meta no es leer un libro, sino convertirte en lector. Ahí está la clave.
En Lorman te acompañamos en el camino para lograr lo que te propongas, creando hábitos que te ayuden a vivir mejor y más saludable cada día.